¿Estoy canalizando desde el alma… o desde mi necesidad de acertar?

Introducción

El Tarot abre un umbral donde las palabras se vuelven símbolos y los silencios revelan mundos. En ese umbral, el Método ETALARIX se enciende como una antorcha suave: no obliga, acompaña; no dicta, sugiere. Allí, en la frontera entre lo invisible y lo visible, surge la pregunta que arde: ¿de dónde viene mi voz cuando leo las cartas? ¿Del alma que susurra... o del deseo de acertar que aprieta?

Contenido del día

Las cartas caen como hojas de un árbol antiguo. Algunas traen paz, otras inquietud. ¿Las recibes como mensaje o como confirmación? El alma habla sin urgencia. No necesita tener razón. Se expresa en imágenes que llegan despacio, como agua que se filtra en la tierra. La necesidad de acertar, en cambio, es fuego. Busca brillar, busca validación, quiere aplauso.

¿Qué ocurre cuando el Tarot se convierte en una competencia contigo mismo? El canal se estrecha, las cartas se cargan con tu miedo. Pero cuando el Tarot se recibe como espejo del alma, se abre la claridad. No se trata de estar en lo correcto. Se trata de escuchar lo verdadero, aunque incomode.

Canalizar desde el alma es como dejar que una brisa atraviese tu pecho. No la controlas, no la predices, no la dominas. Simplemente la dejas pasar. La necesidad de acertar, en cambio, levanta muros, y en ese esfuerzo por demostrar, ahoga la frescura de la intuición.

El Tarot nunca miente, pero sí refleja tu estado. Si preguntas desde la ansiedad, responde con tu ansiedad. Si preguntas desde el alma, responde con símbolos que tocan fibras profundas. ¿Te atreves a preguntar sin esperar un resultado concreto? ¿Te atreves a abrir la carta como quien abre una ventana, sin saber qué paisaje aparecerá?

Imagina que cada tirada es un espejo de agua. Si te inclinas sobre él con miedo, tu reflejo se distorsiona. Si te acercas con calma, ves con nitidez lo que eres y lo que será sembrado. Así funciona el canal. No depende de acertar, depende de tu entrega.

La intuición no grita. No exige. Se presenta en el cuerpo como un susurro, como un calor en el pecho, como una certeza sin palabras. La necesidad de acertar sí grita, sí exige, sí compara. ¿Cuál de esas voces habita más tiempo en ti cuando consultas? Reconocerlo ya es un acto de honestidad.

Hay un secreto que las cartas susurran a quienes saben escuchar: la verdad no siempre llega en forma de respuesta, a veces llega en forma de pregunta. Pregunta que abre, que expande, que revela caminos invisibles. El alma sabe vivir en esas preguntas. El deseo de acertar quiere cerrarlas rápido. ¿Cuál eliges?

Conclusión

El Tarot no pide aciertos. Pide presencia. No exige precisión, exige entrega. La diferencia entre canalizar desde el alma o desde la necesidad de acertar está en la raíz desde donde miras. Cuando eliges el alma, no importa si las palabras coinciden con lo esperado. Importa que transformen, que iluminen, que toquen lo esencial. Esa es la revelación: canalizar no es predecir, es permitir que el misterio respire en ti.

🌿 Canal oficial del Método ETALARIX
Técnicas, audios y ejercicios para reconectar contigo, calmar tu mente y activarte
https://t.me/RaizesyAlas

🎧 Escucha el Podcast del Método ETALARIX en Spotify:
https://open.spotify.com/show/30PhApeE0qTbnMXcw4pgP9?si=U13y1FNUQ7GBMEaSBj4WmQ